lunes, 23 de enero de 2017

Tauranga

La primera escala de nuestro crucero por Nueva Zelanda fue en el puerto de Tauranga, en la costa este de la Isla Norte. Tauranga está situada en una de las mejores bahías del país, la Bay of Plenty y en sus alrededores se cultivan los mejores kiwis y aguacates del mundo. En los últimos años, es la ciudad que más rápido ha crecido su población, debido al turismo y negocios de trading, moda, ciencia y cultura.

Desembarcamos y nos dirigimos a recoger nuestro coche de alquiler, pues nuestro objetivo es visitar Rotorua, corazón de la cultura maorí nativa y un área con grandes maravillas geotérmicas, que se encuentra algo más de una hora de distancia del puerto de Tauranga.
En Rotorua vive una buena parte del 14% de maoríes que tiene actualmente Nueva Zelanda y está situada literalmente sobre un volcán, con 16 lagos diferentes y debido a que es una zona termal muy activa, en el aire ya se percibe ese olor a huevos podridos que produce los sulfuros.
Entre las numerosas opciones para visitar un área geotermal, nos inclinamos por Te Puia, un parque con geiseres, espectaculares calderas burbujeantes y además con un centro cultural maorí.
Recibidos con el conocido saludo típico maorí, "Kia Ora" ! (Hola, bienvenido, adiós), nos introducimos en el parque. En la entrada se encuentra Te Heketanga a Rangi (los orígenes celestiales), un espacio circular con doce esculturas monumentales que llegan al cielo, cada uno representando una deidad de la tribu maorí Rotorua Te Arawa. También encontramos diversos "tikis", esculturas de madera tallada representando la figura humana y una fuente con una grandiosa piedra gris verdosa (jade o "greenstone"), en el centro.

Recorriendo el sendero bien señalizado, nos encontramos con el Pikirangi Village, la reproducción de un antiguo poblado típico maorí y también una waka o canoa muy ornamentada de gran longitud, que en ocasiones alcanzaba hasta 40 m de longitud.


Comprobamos que el nombre completo en maorí de la zona geotermal, es tan fácil de leer como: TE WHAKAREWAREWATANGAOTEOPETAUAAWAHIAO !!!

Y ahora nos situamos ante Te Aronui a Rua, la casa de reunión y encuentro maorí, totalmente esculpida a mano. Aquí se celebran los espectáculos y bailes maoríes.
Primero realizan una exhibición del ritual que practicaban los maoríes para aceptarte y poder entrar en la casa comunal. Una vez dentro, realizan una demostración de las danzas y cantos típicos maoríes. Los hombres bailan haciendo exhibición de su destreza con las armas y las mujeres bailan adornadas con sus guirnaldas. Para finalizar, bailan la "haka" o danza de guerra, que utilizaban los guerreros para intimidar a sus enemigos con sorpresivas expresiones faciales (ojos y lengua) y golpes en el pecho y brazos. Esa danza, como se sabe, la siguen utilizando los jugadores del equipo nacional de rugby, All Blacks antes de cada partido.





Pero la mayor parte de la superficie del parque está destinada a contemplar la actividad geotermal, con más de 500 fuentes termales. Aquí se encuentra la gran atracción de la zona: el Pohutu Geyser, ("Gran Explosión) el más grande del hemisferio sur. Entra en erupción una o dos veces cada hora y alcanza más de 30 metros de altura. Tuvimos la fortuna de verlo en acción y nos impresionó mucho por la fuerza de sus chorros de vapor de agua danzando en el aire.

Los maoríes usaban las aguas geotérmicas de esta zona para cocinar, bañarse y lavar. En este caso vemos las aguas hirviendo del Ngararatuatara, que utilizaban para cocinar.

Cerca de la salida, encontramos la Nga Mokai-a-koko Mud Pool, una pequeña laguna llena de lodo hirviendo y burbujeante. Las reacciones químicas con los minerales producen gases que acaban dejando unas ondas circulares en la superficie.

Te Puia nos ha permitido una aproximación a la cultura maorí y al insólito mundo geotérmico de Rotorua. Pero teníamos previsto acudir a otro parque todavía más asombroso, que TripAvisor lo había calificado como uno de los 20 lugares más insólitos del planeta: Wai-O-Tapu. Este complejo geotermal está integrado en un magnífico bosque, y se situa en la zona volcánica de Taupo, en Waikato, como a 20 minutos en coche hacia el sur de Rotorua.
Wai-O-Tapu ("Agua Sagrada"), es una zona geotermal muy activa en donde predominan cráteres colapsados,
fumarolas, piscinas de agua y lodo, y en donde tienes la oportunidad de observar en directo diversas manifestaciones de los procesos geológicos de la Tierra. Por supuesto hay que seguir las indicaciones y caminar con cuidado, pues por todos lados se producen complejas reacciones químicas: agua hirviendo, nubes sulfúricas, lodos burbujeantes, . . .
Caminamos por los senderos y pasarelas de madera, siguiendo el orden marcado en nuestra guía y empleando
alrededor de una hora y media, para finalizar el recorrido completo. Un viaje espectacular por una naturaleza increíble, que nos brinda un sinfín de colores y olores. Un lugar mágico e insólito. 
Al principio aparecen diversos cráteres, formados en los últimos 900 años, con diámetros que alcanzan los 20 m y una profundidad de 12 m. La mayoría contienen manantiales de agua hirviendo con importantes concentraciones de azufre. Aquí tenemos el Cráter del Trueno (Thunder Crater), uno de los cráteres de formación más reciente formado en 1958.

Tinteros del Diablo (Devil´s Ink Pots): Este sistema está formado por una series de pozos de lodo gris oscuro por el grafito y el petróleo que contiene.
Desde un mirador, nos quedamos totalmente impresionados al contemplar la hermosa Paleta del Artista (Artist´s Palette): Un cráter inundado que forma multitud de colores dependiendo de los niveles de agua y el rebose de la Piscina del Champán.
Más adelante, nos encontramos con unas terrazas de cuarzo formadas por depósitos de silicato de sal, originados por las aguas de la piscina del Champán, que al evaporase van sedimentando creando estas formaciones y que acaban precipitando en las denominadas Cataratas del Velo Nupcial (Bridal Veil Falls).

Llegamos a un nuevo mirador, en el que se puede contemplar como es el camino que siguen las aguas hasta llegar al río.
Bajando por las escaleras, accedemos a una planicie denominada la Sartén Plana (Frying Pan Flat), en donde observamos de nuevo, diversas fuentes de agua termal.



La piscina de la ostra (Oyster Pool), bautizada así por su forma, se parece a un jacuzzi pero con altas concentraciones de azufre.

Las aguas se evacúan formando un lago creado hacia el año 1030, y acaban precipitándose al río, formando las Cataratas del lago Ngakoro (Lake Ngakore Waterfall).

Regresamos y llegamos de nuevo a la Piscina del Champán (Champagne Pool), la más grande de la zona, con un diámetro de 60 m, 60 m de profundidad y una temperatura de 70°C. En el agua, se encuentran en mayor o menor medida: oro, plata, mercurio, azufre, arsénico, talio y antimonio, entre otros. De nuevo nos quedamos maravillados de los colores que presenta, sobre todo con ese color naranja achampañado que le otorga su nombre, y que al parecer se origina a partir de los depósitos de arsénico y antimonio.
Es emocionante caminar silenciosamente por las pasarelas de madera, contemplando la increíble "paleta de colores", las fumarolas que en ocasiones te privan de visibilidad, escuchando los burbujeos del agua que hierve debajo de nuestros pies, en los cráteres y piscinas, y además oliendo los gases sulfurosos. Toda una extraña sinfonía para nuestros sentidos !!!
Antes de salir del circuito geotermal, nos encontramos con el Baño del Diablo (Devil`s Bath), un gran cráter con un lago de agua verde intenso, debido a la cantidad de arsénico que contiene.

Abandonamos Wai-O-Tapu en dirección hacia Tauranga, pero una vez pasado el lago de Rotorua, nos detenemos en Okere Falls. Se trata de un lugar muy popular y de fácil acceso, donde se pueden contemplar hasta tres cascadas cortas pero con bastante caudal y en un entorno de vegetación exuberante: Kaituna Falls, Tutea Falls y Okere Falls.


Autor: Rosa Girones
Llegamos a Tauranga y devolvemos el coche de alquiler. Nuestra escala en este puerto ha resultado fascinante, pues con la excursión a Rotorua, hemos tenido la oportunidad de conocer algunos aspectos esenciales de la cultura maorí y además nos ha encantado ese insólito y mágico mundo geotermal. Ya anticipo, que ésta fue una de las mejores excursiones de nuestro viaje por Nueva Zelanda.

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