jueves, 22 de noviembre de 2012

Cañon del Antílope

En la ciudad de Page, en el estado de Arizona (EEUU), contratamos el servicio de guía a un indio navajo para visitar el Antelope Canyon, situado dentro del territorio de la Nación Navajo y de camino a Monument Valley.

Después de un trayecto de unos diez minutos en 4x4, por pistas de tierra arenisca roja, llegamos a una pequeña grieta, que nos introduce en un mundo mágico de caprichosas formaciones, que la naturaleza ha esculpido sobre unas paredes verticales onduladas y únicas. Visto desde fuera es difícil imaginar el maravilloso espectáculo que ha labrado la erosión en su interior.
De hecho, se trata de un angosto tajo de unos 200 metros de longitud y de unos 30 metros de altura, sobre un suelo rojizo y rocoso. El cañón se formó por la erosión de la piedra arenisca, debido a inundaciones repentinas. En 1977, una tormenta repentina con fuerte lluvia, sorprendió a 11 turistas en su interior y acabaron ahogados.
El sol, a mediodía el sol, penetra por las estrecheces del cañón, formando haces de luz y ofreciendo un espectáculo mágico de colores, matices y sombras.
 
 
 

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